Los que cuidan de otras personas, también necesitan de un respaldo y protección emocional. Deben contar con días de descanso, entretenimiento y una remuneración digna. En Paraguay, la mayoría de los cuidadores forman parte del núcleo familiar.
En el futuro el trabajo de un cuidador tendrá rostro de mujer, esta tendencia lo arrojan algunas investigaciones desplegadas en España como las encaradas por Torns y Recio, en “Las desigualdades en el empleo y trabajo doméstico y de cuidados”. Sin embargo, lejos de una diferenciación de género, buscaremos otorgarle el verdadero valor de un cuidador.
Es así que para entender el alcance de una labor casi silenciosa y en muchos casos poco reconocida, es importante partir desde la necesidad de una estabilidad emocional de un cuidador.
La armonía entre lo físico, espiritual y psico-emocional al servicio del cuidado de otra persona es de vital relevancia. Es decir, no solo la atención y el cuidado en materia de alimentación, aseo y medicación del adulto mayor, responsabilidades también importantes y que forman parte del cuidado integral, serán necesarias dentro del complejo esquema de particularidades que engloba cada ser.
Es por ello la estabilidad emocional del cuidador resalta como uno de los pilares al momento de asistir a un adulto mayor. Un reciente trabajo de investigación denominado “Sobrecarga en cuidadores principales de adultos mayores asistidos en la unidad de salud familias clínicas 1 y 2” realizado por la Doctora María Claudia Piñanez y ganador del primer puesto en un Congreso Mundial sobre Medicina Familiar realizado en Brasil, retrata la situación por la que a traviesan los cuidadores, que al no tener la debida contención dentro de las numerosas responsabilidades, corren el riesgo de padecer enfermedades de alto riesgo. Problemas de salud mental y física de los cuidadores como insomnio, depresión, crisis de hipertensión, diabetes entre otras patologías que ponen en peligro sus vidas. Esta debilidad al mismo tiempo expone a las personas que están bajo su cuidado.
El trabajo de investigación se encuadra dentro de la perspectiva de la población, que si bien en Paraguay aún no registra niveles altos, a futuro se convertirá en una demanda social. En el país se estima que más del 70% de las personas se ubica dentro del rango de los 35 años, aún así es importante planificarlo.
Sustentados en este argumento científico hecho en Paraguay, podemos señalar que dentro de las responsabilidades de los cuidadores coexisten valores humanos, en los que además del deber del cuidado integral se conjugan sentimientos de altruismo. La labor del cuidador es una virtud, en la que muchos llegan a experimentar sentimientos de empatía, apego y hermandad hacia el prójimo.
Los que cuidan de otras personas, también necesitan de un respaldo y protección emocional. Deben contar con días de descanso, entretenimiento y una remuneración digna. En Paraguay, la mayoría de los cuidadores forman parte del núcleo familiar. Es la hija menor, la nieta o sobrina al cuidado del adulto mayor, aunque también dentro de esta responsabilidad tampoco se pierde de vista el cuidado de las personas con alguna discapacidad, que en la generalidad de los casos la labor se invierte, ya que es la madre al cuidado del hijo o el hermano mayor. Estas personas encargadas del cuidado de otras, muchas veces atraviesan niveles de exigencia dentro de la misma familia, marcadas por la ingratitud de sus miembros, que primero ven lo malo y no aportan a lo bueno. Aun así la voluntad de los cuidadores, se antepone a las dificultades.
Otra faceta que los cuidadores deben asumir incluye tal vez la fase más compleja al momento de acompañar al adulto mayor: la vejez. Las personas de la tercera edad, en la soledad del ocaso muchas veces experimentan momentos de tristeza en su mayoría por la ausencia de una compañía. Este es otro aspecto en el que la labor de los cuidadores cumple un factor preponderante en la vida de los adultos mayores, de hacer que este ciclo de sus vidas sea llevadero. Dotarlos de fe y alegría.
En Paraguay, como señalábamos antes, más de la mitad de la población es joven y dentro del contexto de las política públicas que deben ser encaradas por el estado, la conquista de los derechos a favor de esta noble y labor se sigue lejos de ser reconocidos en toda su dimensión. Durante la exposición del reciente trabajo relacionado a la situación de los cuidadores en el país, se puso énfasis a la necesidad de grandes pasos para que el sector reciba una remuneración acorde a la Ley laboral. El marco legal enmarcado dentro de la Constitución Nacional, nos dice dentro en uno de sus artículos que no se presume la gratuidad en el trabajo.
En definitiva el respaldo de políticas de estado establecidas dentro de una ley de protección a favor de los cuidadores será crucial para nuestra sociedad, hoy inmersa entre la urgencia de numerosas demandas sociales. Dentro de ese contexto se torna relevante preparar el camino a la generación de adultos mayores, que de acuerdo a este estudio científico realizado a unas 100 personas en Asunción y Central, digno de un galardón internacional, resalta como principal preocupación la casi nula consideración hacia la labor de los cuidadores de adultos mayores, que según estimaciones de este trabajo investigativo para el 2020 en Paraguay aumentará al 10% de la población.